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María Fernanda: “Mi único objetivo es que la gente conozca la historia desde adentro de la familia”

Sonriente y amable encontramos a María Fernanda Restrepo, directora de “Con mi corazón en Yambo”, quizá un poco exhausta por tantas entrevistas cumplidas en Loja, dice que no es la primera vez que viene a la ciudad y que siempre ha sido bueno regresar.

¿Cuándo y cómo nació el proyecto de realizar un documental sobre la desaparición de tus hermanos?

La idea como tal nació hace unos siete años, pero la dejé dormida, tenía mucho miedo de abrir una historia tan íntima y dolorosa, cuatro años más tarde, una amiga me dijo: pero ya tienes al menos un guión, participa en un concurso sobre documentales. Ganamos en Argentina (festival Docbsas), fue un pequeño apoyo pero importante, porque fue el impulso, ya no podía echarme para atrás.

Al inicio no pensaba hacer un documental, simplemente quería enterarme un poco más, saber mi historia familiar, si bien yo vivía con mis papás, no estuve en todos los por menores.

¿Desde qué punto de vista decidiste narrar el documental?

Fue un reto, por un lado yo no quería hacer un reportaje de hechos cronológicos y contar la historia periodísticamente con una investigación fría y plana. Yo quería algo personal, era una historia de autor, contada en primera persona, pero tampoco deseaba contar solo mis vivencias personales, porque si la gente conoce un poco del caso, no sabía los por menores, el reto estaba en cruzar esas dos historias.

El documental se presenta en dos niveles, se entrecruza la historia familiar, íntima, la de los pocos recuerdos de niña, y está la historia nacional de los hechos. Yo no podía dejar de puntualizar quienes estuvieron involucrados, para que la gente se ubique, sino no iban a entender mucho.

Durante la realización, ¿Descubriste algo nuevo del caso?

No, esto ha sido un espirar de silencio, yo tenía esa esperanza ilusa de que iba a encontrar algo nuevo. Imagínate, si mis papás, en 20 años, no encontraron mucho más de lo que se sabe, gracias al destape de Hugo España y el juicio que ocurrió, nosotros no llegamos a mucho más porque esta verdad se ha tenido completamente cerrada durante todo este tiempo dentro de la Policía.

Con tantos archivos, grabaciones de audio y video, ¿Cómo sintetizar todo en dos horas y 15 minutos?

Fue una pesadilla sin fin, pero contaba con un buen editor (Iván Mora), él tenía la visión de afuera, porque yo estaba totalmente involucrada en la historia, entonces a veces para mi era difícil ver que dejar. Me tuve que ver casi 200 hora de material audiovisual para lograr sintetizarlo en lo que quedó.

Al momento de entrevistar a los expolicías y personas que posiblemente vieron a tus hermanos, ¿Cómo lograste estar tranquila y centrarte en el tema?

No pierdo la cabeza porque yo no estaba ahí para hacer un show, esto no es un show, es un delito de lesa humanidad, yo lo único que quiero y he querido son respuestas, no se gana nada con más violencia, eso lo dice mi padre claramente en el documental, una gran enseñanza de cordura, tranquilidad y firmeza la he tenido de él. Mi papá nunca perdió los estribos, muchas veces le ofrecieron matar al uno o al otro, y dijo no, nuestra lucha es de manos limpias.

¿Lo que muestra el documental era lo necesario o faltó algo más?

Lo que está ahí era lo necesario, incluso hay que quitarle media hora, si bien es un documental que se deja ver y tiene ritmo, es largo. Tal vez algo que me faltó, y nunca lo filmé, fue un encuentro con Hugo España, porque nunca estuvo abierto a dialogar, está harto de todo esto. Había muchas entrevistas interesantes de testigos que en ese momento de la historia tuvieron miedo de hablar porque fueron amenazados por la Policía, y luego hablaron para mí, 20 años después, pero quedó todo eso fuera.

¿Cuál fue el problema en Guayaquil?

El municipio de Guayaquil, en una muestra de poder absurdo, decidió no otorgar a la película la exención de impuestos a la que cualquier productor ecuatoriano tiene derecho, aduciendo que esta no era una película con elementos ecuatorianos. Fue una xenofobia brutal porque yo soy ecuatoriana, la película está avalada por el CNC (Consejo Nacional de Cinematografía) y todo el personal que trabajó es ecuatoriano. Finalmente, la crítica fue tan dura hacia Nebot, que tuvo que revertir esta orden.

En cuanto a los espectadores, ¿Cómo crees que han tomado al documental?

Estoy sorprendida, sobre todo de los jóvenes que no vieron esta historia, que no habían incluso nacido, ellos son los más impactados, porque no pueden creer que teníamos un país así, que se vivían tiempos de miedo y persecución. Existe una recepción increíble, 140 mil espectadores en las salas de cine dan fe de eso.

¿Cumpliste con el objetivo que te planteaste al realizar este documental?

Yo ni siquiera pensé que tanta gente iba a ver el documental, empezando porque a la gente no gusta mirar documentales, piensan que es algo aburrido, esto es un triunfo, fue un cambio de mentalidad. Ahora estamos sentando el  precedente para que otros documentales se presente en salas de cine. Mi único objetivo es que la gente conozca la historia desde adentro de la familia, que se ponga dentro de los zapatos de una familia que ha perdido hijos, infamemente. Que vean como fue todo.

Fotografía: VIA Comunicaciones (Bryan Mantilla)

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